Miami.
Narras tú:
El sonido de maletas arrastrándose por el suelo me ponían nerviosa. Me hacía recordar que hoy marchábamos hacia el aeropuerto para ir a Miami. Las maletas ya estaban preparadas, solo faltaba meterlas en el Taxi.
—Podías ayudar un poco ___(tn). —me pidió mamá mientras guardaba la penúltima maleta en el maletero del Taxi.
—Tan solo te falta una. ¡Ánimo! —le dije irónica. No la voy a ayudar ha hacer algo que me haga irme a vivir a Miami.
—Llegaremos tarde al final. —dijo cogiendo la última maleta y metiéndola en maletero.
—Que pena. Con lo que a mi me gusta Miami...—volví a decir con sarcasmo mientras abría la puerta trasera del Taxi para montarme en él.
—Voy a ignorarte durante este viaje. No quiero peleas. —dijo mamá mientras abría la otra puerta trasera y se sentaba en el asiento.
—Ya deberías estar acostumbrada. —le dije mientras me ponía los auriculares.
—Podemos irnos. —le ordenó al Taxista haciendo oídos sordos de lo que le decía.
Cerré los ojos y me adentré en el mundo de la música, concentrándome en la dulce voz de Justin Bieber cantando "Turn To You". Eso si que es querer a su madre, dedicarle una canción agradeciéndole todo lo que ha echo ella por él. Una madre que no se busca novio al año después de haberse separado. Bueno en mi caso, mi madre no se ha separado...Sino que mi papá desapareció un día y no volvimos a saber nada de él. Mi mamá ya lo da por muerto, pero yo siento que está por allí fuera, esperando a que lo encontremos.
—___(tn) ya llegamos. —oí decir a mi madre mientras abría la puerta del taxi para salir.
—Okey. —le contesté quitándome los auriculares y apagando la música de mi iPod.
Entramos al aeropuerto cada una llevando una maleta en cada mano, que por suerte tenían ruedas y las podíamos llevar arrastrándolas por el suelo. Habían pocas personas ya que a las 5:00 am no hay mucha gente despierta.
Nos sentamos en unos asientos esperando a la llamada de nuestro vuelo. Faltaba un cuarto de hora para que el vuelo despegara, así que ya estarían a punto de ...
《Pasajeros con destino a Miami, pueden ir a pista AT637. Estamos a punto de despegar.》
...avisar.
Mamá y yo nos levantamos de los asientos en los que estábamos sentadas y fuimos hasta la pista AT637 como había indicado megafonía. De camino a la pista, el mensaje de megafonía se habían repetido en distintos idiomas. De todos ellos solo entendí el español, el inglés y el alemán. ¿Por qué? Fácil, el español porque es mi lengua natal, el inglés porque lo llevo estudiando desde pequeña y a parte porque mi mamá es de Inglaterra. Y el Alemán porque en la escuela a la que iba en España, se podía estudiar como optativa y yo la elegí, porque mi papá en su adolescencia había vivido en Suiza y yo entonces ya sabía un poco del idioma. Eso es lo bueno de que tus papás sean de sitios que hablen diferentes lenguas.
Entramos en el avión no sin antes dejar las maletas en aquel lugar, luego la azafata se nos acercó.
—Buenos días, —casi mejor dicho buenas noches ¿No? Yo normalmente a esta hora sigo durmiendo.— ¿Me decís el número de vuestros asientos? —preguntó amablemente. Cogí el billete y miré el número.
—Mm...El mío es el 12A. —contesté mirando aún el billete de avión.
—El mío el 20B. ¿Por qué estamos separadas? —preguntó mamá.
—Porque le dije a Geroge que no quería pasar el viaje a tu lado. —le expliqué, George tiene una marca de aviones y gracias a él vamos en avión gratis y de primera categoría. Además no quería pasar horas encerrada en un avión con mi madre al lado. No, me niego.
—Bueno está bien, hablaré luego con George de este asunto.—dijo molesta. La azafata nos miraba con esas sonrisas falsas que suelen poner.
—Venid por aquí. —nos dijo la azafata mientras recorría el pasillo del avión.
La seguimos hasta llegar a la zona de primera categoría. Habían bastantes mujeres gordas, esto me recordaba a las personas que van a ver ópera hahaha ocno. La azafata nos condujo hasta unos asientos color beish donde había un hombre con un bigote y gafas redondas leyendo un periódico, oh dios mío donde me voy a sentar.
—Este es el asiento 12A, señorita ya puede sentarse. —me indicó la azafata con esa sonrisa que no había quitado en todo este tiempo.
—Eh...mm..Está bien. —acepté incómoda. Mi madre me tendió una mirada tipo "Te lo mereces" y yo la miré algo así "¬¬".
Me senté en el asiento mientras mi mamá y la azafata se iban por otro lugar, a parte de que me tocaba con este nerd, no tenía asiento en la ventanilla. Así que imaginen el humor que tenía.
—Buenos días señorita, ¿No es un poco pronto para usted hacer un viaje a esta hora? —preguntó el bigotudo con gafas de Mortadelo. Ah, ¿Les gusta mi mote para el señor?
—Eh sí, mi mamá me obliga a viajar con ella. —le dije insegura.
—Oh, tranquila, por su tono de voz me parece que está algo incomoda de hablar con un tipo que no conoce. —acertó el bigotudo. Yo afirme con la cabeza, hay que reconocer que el tipo es simpático. —Me llamo Fran. —se presentó sonriente.
—Yo ___(tn), mucho gusto. —le contesté.
—Bonito nombre para una chica linda. —me halagó simpáticamente. Ahora que me fijaba, aquel hombre debería tener unos...¿45 años? Algo así.
—Gracias. —le dije sonrojada, el sonrió.
《Vayan apagando sus móviles y abróchense los cinturones, por favor. El avión va a despegar》
Luego de aquel aviso las personas que aun estaban con el móvil o levantadas apagaron los móviles y se sentaron en sus respectivos asientos. El avión comenzó a emitir vibraciones y ruidos por un rato, que la verdad me asuste. Pero luego ya fue suave. Cogí el iPod y me puse a escuchar música con los auriculares. Fran cogió de una maleta una novela que debería tener unas 2000 páginas. Cerré mis ojos y comencé a concentrarme en la melodía de la música.
•••
—¡Oh, de verdad mamá! —le grité desesperada a mi madre. Habíamos llegado ya a Miami, y ya estábamos sentadas en un taxi para ir a nuestra futura casa...Pero claro, mi madre es tan genial que se le olvidó preguntarle a George la dirección de casa.
—_____(tn) ya te he dicho que con todo el asunto del viaje se me olvidó preguntarle. Además ya podías haberle preguntado tú, tan lista que eres. —me contestó irritada.
—Lo hubiera echo si al menos conociera a George, cosa que no. -le contesté con rabia. Ahora yo tengo la culpa de que se le haya olvidado.
—No lo conoces, pero bien que te la ingeniaste para decirle que no querías viajar a mi lado. — volteé los ojos. Está conversación no va a más, porque como siga diré cosas que es mejor que no diga. Mamá cogió su móvil y marcó entre suspiros un número que supuse que era el de George.
{En inglés}
—¿Aló? —contestaron por la otra vía.
—Hola George, —saludó mamá —te quería preguntar algo...
—Dime. —respondió George.
—¿Cuál es la dirección de casa? —preguntó mamá con su perfecto acento inglés.
{En español}
Decidí dejar de escuchar la conversación, me aburría. Así que me decidí limitar a mirar por la ventana del taxi. El pobre taxista debería de estar más aburrido...Que se joda, para eso se hizo taxista, y si se aburre, que la próxima vez elija mejor el empleo.
Mamá terminó de hablar con George y le indicó al taxista la dirección. Me fijé en la hora que marcaba el taxi; 12:00 pm. Era súper tarde, y cuando llegáramos a casa todos estarían durmiendo o a punto de irse a la cama, y yo como una idiota vagabundeando por la casa porque no tengo sueño...Si es que ya me veo.
Llegamos en un cuarto de hora a casa. Era una urbanización bastante grande, y tengo que admitir que tenía unas casas increíbles, incluida mi nueva "casa".
Era algo así por fuera:
—¿En qué habías dicho que trabajaba George? —pregunté asombrada a mi mamá.
—Es dueño de dos empresas de aviones. —contestó como si nada, yo abrí la boca.- cierra la boca o te entraran moscas, estamos en verano. —me dijo dándome un toquezito en la espalda.
Mamá tocó al timbre y seguido le abrió un hombre alto, rubio con ojos color miel y con una sonrisa en su rostro. Ese imagino que será George.
{En inglés}
—¡Hola chicas! —gritó alegrado aquel hombre, Geroge.
—¡Hola George! —saludó mi madre dándose un pequeño beso en los labios, buagh.
—Hola. -saludé neutramente.
—¿Tú eres ___(tn)? —preguntó George. Yo afirmé con la cabeza, ¿Quién crees que soy? ¿Su carnicera? Ya veis lo bien que me cae. —Eres mucho más guapa en persona. —me halagó.
—Ya lo sé. —contesté egocéntricamente, George empezó a reír, en cambió mi mamá me miró feo.
—Pasad. —dijo echándose a un lado para dejarnos espacio para pasar con las maletas. —las maletas dejadlas ahí, luego las subiré yo.
—Vale. —contestó mi madre dejando sus maletas en el lugar que le había indicado George. Yo también hice igual.
—Venid, vamos al salón. —nos dijo George. Le seguimos hasta el salón. Este era algo así:
[Escritora: Imaginaos que el salón que veis en esta foto es como el de la primera foto, pero con esas escaleras que os muestro. No se si me entendéis.]
—Me siento...Pequeña. —contesté, y para no sentirse así. La casa era inmensa. George comenzó a reír.
—Es normal, pronto te acostumbrarás. —respondió George. Se quedó pensativo y de golpe se le abrieron los ojos, como si se acabara de acordar de algo. —¡Aún no te presenté a Lily!
—No, no tuve el gusto de conocerla. —le contesté sin ganas. En este momento solo quería darme una ducha e irme a dormir. No me imaginé que tendría sueño, pero es que el viaje a sido verdaderamente agotador. —Pero estoy muy cansada George, ¿Puedo irme a dormir y mañana me la presentas? —le pregunté bajo la mirada amenazadora de mi madre.
—Oh claro, entiendo. Te enseño tu habitación, ven. —me dijo levantándose del sillón en el que se encontraba sentado.
Mi madre se quedó en el salón mientras yo seguía a George. Subimos por unas escaleras, luego por un pasillo y después de pasar ese pasillo en donde se encontraba una mesa subimos por otras escaleras que llevaban a un pasillo lleno de puertas. Mi habitación se encontraba en la tercera del lado derecho. George abrió la puerta y dejó ver una preciosa e inmensa habitación....¿Con dos camas?
—Esta de momento será tu habitación. Aquí normalmente hacen las pijamadas Lily y sus amigas, pero durante una semana no estarán aquí. Tu habitación aún se está reformando. En una semana ya te podrás instalar. —dijo sonriente.—Espero que no te importe.
—No, no pasa nada. Gracias, yo puedo guardar mis maletas sola. —le sonreí falsamente.
—Está bien. Si necesitas algo tan solo avísame. Buenas noches. —y después de despedirse, salió por la puerta. Por fin sola, estoy agotada.
Abrí la maleta y saqué un pijama. Salí de la habitación y busqué el baño, había demasiadas puertas así que me tocaría buscar en todas. Toqué la de en frente, nadie respondía así que intenté abrirla, no era un baño, era una habitación grande con cama de matrimonio. Sería la de mi madre y George. La cerré con cuidado de no hacer ruido. Me encaminé en la puerta de la derecha de mi "habitación por una semana". Toqué y para mi sorpresa, una chica rubia con ojos miel me abrió la puerta.
—¿Quién eres? —me preguntó adormilada, sería Lily la hija de George.
—Eh...Yo...Me-me equivoqué. Estaba buscando el baño. —le contesté nerviosa. La chica me miraba atentamente, como si mi cara le sonara. —Oye, ¿Tengo algo en la cara? —le pregunté molesta.
—¿Eres ____(tn)? —me preguntó haciendo caso omiso de lo que le dije.
—Sí, ¿Y tú eres..? —le pregunté a quien ya sabía quien era. Estaba claro que era Lily, pero mejor no equivocarse y preguntar.
—Soy Lily la hija del novio de tu mamá. —respondió con una sonrisa superior. Eso me dio rabia ya que odio que digan que mi mamá tiene novio, aunque sea cierto...Pero lo odio.
—Oye, supuestamente te debería haber conocer mañana, así que me indicas donde está el baño y hacemos que no nos hemos visto. —le contesté molesta.
—No tengo ganas de pelear porque tengo sueño, así que sí, mejor hagamos eso. —dijo mientras se apoyaba en la puerta. —el baño está al otro lado de tu habitación. —contestó.
—Gra...—Lily cerró la puerta. — ...cias.
¿Me acaba de dejar hablando sola? ____(tn) respira, no pasa nada...Tan solo te tienes que quedar aquí PARA EL RESTO DE TU VIDA. Oh dios, no voy a poder sobrevivir en este lugar.
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Hola chicas! Aquí está el primer capitulo :) Intentaré subir el segundo lo más pronto posible ^^ Espero que os guste ❤❤
Besos ***
